16 may 2009

María de Lourdes

Maria de Lourdes nació el 30 de diciembre 1939 en la Ciudad de México, hija de Alberto Pérez Beltrán y Emilia López Santoyo. Como una niña muy chiquita, era apenas dos años de edad, se mudó con la familia a Zetal, una aldea en el estado de Veracruz donde su padre trabajó como profesor. Después de cinco años la familia volvió a la Ciudad de México, a las calles del barrio Tepito, donde Maria de Lourdes pasó la más grande parte de su niñez. Este período, sin embargo, fue interrumpido dos veces, es decir cuando la alojaron por algun tiempo en un monasterio de las monjas Franciscanas y más tarde, como adolescente, cuando se fue, junto con su hermano Rafael, al rancho de su tío y tía en Salamanca. Después de su regreso de Salamanca Maria de Lourdes seguió un curso comercial de un año y, todavía muy joven, empezó a trabajar como secretaria en la empresa Tenería México, una curtiduría.

Como una niña chiquita ya tenía una predilección para cantar. En la escuela ella cantó los papeles principales durante las festividades navideñas, llamadas las pastorelas. Escuchando a la radio llegó fascinada por la música mexicana. Sobre todo cantantes como Jorge Negrete, Lucha Reyes y Flor Silvestre ganaron su admiración. “Todavía era muy pequeña cuando escuché a esta música y desde este momento la llamó mi atención. Me crecí con esta música y cada día me la gustó más. Alimenté mi espíritu con todas estas bonitas melodías”, según Maria de Lourdes.

Visita el sitio web de la Embajadora de la Música Mexicana: http://www.mariadelourdes.nl/es/

One response to “María de Lourdes”

MiguelSA dijo...

Esta mujer, para mí, es la máxima intérprete de nuestra música, y me baso en las sensaciones que transmite, en el cariño con que cantaba, en su timbre de voz, en su falsete, en su fraseo característico y en el reconocimiento que alcanzó en todos los escenarios que pisó.
Independientemente de la preeminencia histórica de Lucha Reyes y Matilde Sánchez, y de la arrolladora voz de Lola Beltrán, tengo a María como la número uno.
Grandes canciones han pasado a la historia con el sello inconfundible de su interpretación, al grado de pertenecer de alguna manera a ella. Ejemplos: La cigarra, Chapala, Tierra de mis amores y muchas más. Saludos, Beto y lectores. Es simplemente mi opinión.